Citlalli López/NVI
Amenazas de muerte, asesinatos, allanamiento e incluso asesinatos, colocan a Oaxaca como el segundo estado del país más letal para ejercer el periodismo.
Tan sólo de 2019 a 2021, la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) registró 57 agresiones, en tanto que la Secretaría de Gobernación (Segob) sumó a 21 periodistas en el mecanismo de protección.
El asesinato de una o un periodista “es una de las situaciones más dramáticas que pueden ocurrir en un país, pues no sólo se extingue la vida de una persona, se atenta contra la verdad, contra las ideas, se erosiona el debate público, se debilita la transparencia en los gobiernos, atenta contra la libertad de expresión y de que las personas puedan informarse libremente para tomar decisiones sobre su vida y su entorno. Cuando un periodista es asesinado, una parte de la sociedad muere”, señaló el titular de la DDHPO, Bernardo Rodríguez Alamilla.
