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⛪ Iglesia en México culpa al Estado de las desapariciones

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El caso Debanhi Susana Escobar Bazaldúa es la expresión mediatizada de una realidad que, por desgracia, se ha vuelto «normalidad»: nuestras desaparecidas, señaló la Iglesia Católica. A través de su editorial del semanario Desde la Fe señaló que, en cualquier caso de desaparición, “el Estado tiene un alto grado de responsabilidad, pues ha fallado en materia de educación, en garantizar la seguridad a sus ciudadanos y en asegurar la justicia a las víctimas”.

La Iglesia Católica recordó que la última imagen de la estudiante de derecho dio la vuelta al mundo. “Quien tomó esa fotografía fue la misma persona que la abandonó en la carretera Monterrey–Nuevo Laredo el pasado 9 de abril, alrededor de las 5 de la mañana. Trece días después, Debanhi Escobar, la joven de 18 años, fue encontrada sin vida en la cisterna de un hotel.

Indicó que Debanhi fue una de las 327 mujeres que fueron reportadas como desaparecidas en Nuevo León, en lo que va del 2022, según cifras del propio gobierno del estado. Y agregó que, de acuerdo con el último reporte de la Comisión Nacional de Búsqueda, en promedio 18.5 mujeres desaparecieron diariamente en México, entre 2016 y 2020, de las cuales, el 55 por ciento son niñas y adolescentes menores de 18 años.

“La gran cobertura que dieron y siguen dando los medios de comunicación a este emblemático caso, es la expresión mediatizada de una realidad que, por desgracia, se ha vuelto “normalidad”: nuestras desaparecidas. Un gravísimo problema con el que, tristemente, nos hemos acostumbrado a vivir. ¿Quién es el responsable de esta monstruosidad? El caso Debanhi es un ejemplo claro de la ligereza con que en las redes sociales puede abordarse un tema tan complejo, pues tras la desaparición de una mujer, es muy común que se impute, a botepronto, la responsabilidad a la propia víctima o a su círculo más cercano de familiares o amigos”.

Apuntó que y si bien no podemos negar que nuestro tejido social se encuentra fracturado severamente y que todos somos corresponsables en la tarea de revertir los antivalores que han penetrado como agua en esas fracturas, “tampoco podemos negar que, en cualquier caso de desaparición, el Estado tiene un alto grado de responsabilidad, pues ha fallado en materia de educación -que es la base para que un país cuente con una sana estructura social–, en garantizar la seguridad a sus ciudadanos y en asegurar la justicia a las víctimas”.

Y es que sólo así, añadió, “trabajando juntos como sociedad –sin dejar y exigir al Estado que cumpla su deber de proteger a sus gobernados– podemos pensar y proyectar un futuro, un mañana de esperanza, pues sólo un pueblo con juventud –nos dijo el Santo Padre– es capaz de renovarse y transformarse”.

Por ello, afirmó, la iglesia debe seguir predicando, incluso con más fuerza, el valor y la dignidad de la mujer. “Vayamos con esperanza al rescate de nuestras jóvenes. Aún es tiempo. Y, Debanhi, Dios te reciba en sus brazos amorosos”.

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