El Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO), demostró ser un órgano que no da garantías en su principal tarea, organizar las elecciones de representantes populares.
Su omisión, ha hecho que el Tribunal Electoral de Oaxaca revoque sus acuerdos, por la falta de criterios y consideraciones en temas que son tan obvios.
A veces parece que los consejeros y consejeras ciudadanas no son imparciales, que pretenden encubrir anomalías cometidas por actores políticos, al desechar algunos asuntos.
Son opacos porque, hasta la fecha, no han hecho público dónde quedó el más de un millón de pesos destinado para la elección extraordinaria para Diputado Local en Acatlán de Pérez Figueroa, cuyo proceso extraordinario fue «tirado» por el Tribunal Electoral de la Federación.
Además, es malinchista porque entre el gremio periodístico surgieron comentarios sobre «la invitación» a personas que no conocen ni el panorama político ni a los candidatos oaxaqueños para moderar los debates públicos, cuando en la entidad y en sus regiones existen comunicadores y profesionistas preparados para esta actividad democrática.
