Por Karina Barón (@KarinaBaronO)
Octubre se ha convertido en un mes destinado a la concientización y lucha contra el cáncer de mama, una enfermedad que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. Para comprender la importancia de este esfuerzo hoy quiero desglosar algunos indicadores.
En 2020, se contabilizaron más de 2.2 millones de mujeres con esta enfermedad y se estimaba que una de cada doce mujeres enfrentaría el cáncer de mama en algún momento de su vida.
En México, desde el año 2006, este tipo de cáncer es la primera causa de muerte por tumor maligno en mujeres. De acuerdo con la OMS, durante 2020 en nuestro país se reportaron 29 mil 929 casos nuevos de cáncer de mama y 7 mil 931 muertes secundarias a este tipo de cáncer.
En Oaxaca, durante 2021 se registraron 129 casos nuevos y 180 defunciones. Este año, se han registrado 55 defunciones más por este padecimiento, sin embargo esta información es preliminar al primer semestre.
De esta magnitud es el riesgo. Así de urgente es la necesidad de promover y difundir todo lo que pueda hacerse para evitar que más mujeres mueran víctimas de este padecimiento.
Este año, enfrentamos un reto mayúsculo en la lucha contra el cáncer de mama, pues los más de dos años de pandemia de la COVID.19 nos obligó al distanciamiento social y la parálisis de muchas actividades, especialmente en el sector salud.
La mayor parte de recursos y de personal del sector salud se dedicaron a atender dicha pandemia, desatendiendo otras actividades como los estudios de detección, el diagnóstico del cáncer de mama.
Es urgente, en ese sentido, recuperar el tiempo perdido e impulsar la concientización y los esfuerzos para la detección temprana del cáncer de mama y la disminución de factores de riesgo para su aparición.
Desafortunadamente, la aparición del cáncer de mama no puede anticiparse, pero su detección temprana es un factor invaluable para el tratamiento oportuno de la enfermedad y su cura.
Para ello, es indispensable practicar la autoexploración de manera mensual, a partir de los 20 años; exploración clínica de las mamas por profesionales de la salud, a partir de los 25 años, una vez al año; y mastografías de tamizaje, en mujeres entre 40 y 69 años, cada dos años.
Las buenas prácticas, como mantener un estilo de vida saludable, una alimentación balanceada baja en grasas de origen animal y grasas trans, el ejercicio diario y la disminución del consumo de alcohol y tabaco, reducirán los factores de riesgo.
No sólo en octubre, sino permanentemente, hermanémonos como mujeres y promovamos estas prácticas entre nosotras. Eliminemos los tabúes y conozcamos nuestro cuerpo. La detección a tiempo puede hacer toda la diferencia.
A quienes hoy enfrentan la difícil lucha en contra de este cáncer, les deseamos fuerza y esperanza.
