Lanzan otro ultimátum contra el calentamiento global
Con la advertencia de que se siguen agotando las oportunidades para revertir la crisis, la Conferencia de Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas COP27 arrancó con la urgencia de actuar en conjunto y ayudar a los países pobres, los más rezagados en esa lucha.
En el encuentro que regresa a África después de seis ediciones consecutivas en Europa, el ministro de Exteriores egipcio, Sameh Shoukry, fue elegido como el presidente de la reunión que se extenderá por dos semanas. Tras recibir la batuta del británico, Alok Sharma, resaltó que una de las prioridades en dejar de pensar en solitario y confiar más en el trabajo en conjunto.
Al dar la bienvenida a los participantes en un centro de convenciones en Sharm el-Sheik, Shoukry sostuvo que hay muchas más posibilidades de detener el calentamiento global cuando se aplican políticas en conjunto, que cuando se actúa en solitario o no hay respuestas, por ello llamó a todos los gobiernos a confiar en el multilateralismo.
Incluso, parafraseó a su antecesor, al sostener que, sin importar que tan complicado es el escenario actual, “la inacción es un acto miope y sólo puede aplazar la catástrofe climática”, tema en el que insisten ya no hay tiempo, luego de recalcar que como aliados debemos actuar en varios frentes a la vez, y coincidieron en que todos cuentan con la capacidad y la ambición para cumplir con lo pactado en París.
El anfitrión agregó que la mejor forma es mantener el avance, por mínimo que sea, pues ésta es la única vía de generar un cambio global, como lo demandan cientos de activistas, aunque a éstos se les impidió protestar, pues de acuerdo con Human Rights Watch (HRW) esta nación aplicó severas restricciones y se han registrado múltiples abusos contra la libertad de expresión.
Shoukry afirmó ante las delegaciones que acciones concretas son mejor que las promesas vacías y precisó que la dirección actual nos lleva a un calentamiento de 1.7 grados centígrados para cerrar el siglo, ligeramente por encima de los 1.5 deseados, pero que al final tiene un impacto en la región; aunque una advertencia de la semana pasada indicó que sin un verdadero cambio el mundo se calentará hasta 2.8 grados más.