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El legado de Emiliano Zapata sigue vigente en la defensa de la propiedad colectiva y la autonomía de nuestros pueblos: diputado César Mateos Benítez

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  • Este revolucionario fue un personaje colectivo, construido con planteamientos clave del movimiento radical anticapitalista del mundo
  • La herencia de Zapata no está en los museos, sino en las luchas que aún no terminan
  • Una de sus victorias fue el reconocimiento del derecho a la tierra en la Constitución de 1917

San Raymundo Jalpan, Oax., a 09 de abril de 2025. – Al cumplirse este 10 de abril el 106 aniversario de la muerte del “Caudillo del Sur”, Emiliano Zapata, el diputado César David Mateos Benítez expresó enfático que el pensamiento zapatista de este revolucionario mexicano sigue vigente más que nunca, en la defensa de la propiedad colectiva, de los territorios, las semillas nativas, de la milpa y en quienes resisten a la privatización de los bienes comunes.

“Zapata sigue vivo, porque el nuevo orden mundial es la antítesis del pensamiento zapatista. Porque el sistema neoliberal hegemónico está en una guerra permanente para apropiarse de los bienes que deben ser comunes a toda la humanidad, y en esa ofensiva está destruyendo no sólo nuestro orden social, sino también la naturaleza y los recursos de los que dependemos para existir en este planeta”, dijo categórico, en hacer uso de palabra en la Máxima Tribuna del pueblo.

Afirmó que la frase “Tierra y libertad” puede ser rastreada desde el anarquismo comunitario en la Rusia zarista, pasando por el anarquismo español del siglo XIX, a la demanda de los pueblos indígenas de México, organizados ancestralmente bajo concepciones similares acerca del apoyo mutuo.

En este sentido, Mateos Benítez hizo el llamado a sus homólogas y homólogos a honrar su memoria no con discursos, sino con compromisos y continuar la defensa del territorio, los bienes comunes y la autonomía de los pueblos pues “Zapata sigue cabalgando con nosotros, no como mito, sino como reclamo, en las luchas que aún no terminan”.

Expresó que este héroe nacional no fue un caudillo más de la Revolución Mexicana, sino, también fue la voz de los pueblos despojados de sus tierras y de su dignidad, fue el grito colectivo de las comunidades indígenas que exigían el derecho a sembrar en la tierra que sus abuelas y abuelos cultivaron.

En este sentido rememoró que una de sus victorias fue haber arrancado, con sangre y con organización comunitaria, el reconocimiento del derecho a la tierra en la Constitución Política de México de 1917, lo que permitió que miles de comunidades recuperaran la propiedad colectiva de la tierra, que hoy es el sustento, la cultura y la identidad en más del 60 por ciento del territorio de Oaxaca.

Remarcó que la Revolución empujada por los pueblos del sur trajo consigo garantías que aún persisten como la jornada laboral, el trabajo digno, la abolición del trabajo infantil, educación gratuita y la seguridad social, haciendo que México, fuera pionero, antes que muchos países europeos en constitucionalizar estos derechos sociales.

Y concluyó su participación exclamando el lema aún vigente alusivo a este dirigente revolucionario asesinado por órdenes del entonces presidente de la nación, Venustiano Carranza, de quien dijo, fue un personaje colectivo construido con planteamientos clave del movimiento radical anticapitalista del mundo “¡Zapata vive! ¡La lucha sigue! ¡Zapata vive, vive! ¡La lucha sigue, sigue!

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